El día 11 del actual Septiembre tuve la oportunidad y el placer de volar de nuevo con ustedes. Sepan, pues, que les quedo agradecido y, si bien el vuelo resultó más prolongado de lo que yo y mi economía habíamos previsto, les aseguro que mereció largamente la pena y que, una vez más, salí del aeródromo con un alto grado de satisfacción.
Motivado por las muy satisfactorias experiencias de Agosto y por la singular belleza de estos cúmulos precursores del ya cercano otoño, decidí acercarme al aeródromo y solicitar un vuelo de divulgación en velero, solicitud que fue pronta, grata y largamente atendida por ustedes.
Podría decirles muchas cosas, describir las numerosas e intensas sensaciones, vivencias y reflexiones que me provocó este viaje a la base de los cúmulos ingrávidos que dotan de corporeidad los predesérticos cielos de La Mancha. Pero no es mi intención extenderme en descripciones largas y acaso aburridas, máxime teniendo en cuenta que, no hace mucho, ya les envié otra epístola. No quisiera, por tanto, resultar pesado o reiterativo.
Por otra parte, si me dirijo a ustedes no es tanto para relatarles mi experiencia cuanto para trasmitirles, negro sobre blanco, mi gratitud, ya que la timidez irremediable que padezco limita severamente mi capacidad para expresarla verbalmente.
Considero muy de agradecer la existencia de personas que, como ustedes, son capaces de materializar en gentes como yo nada menos que el gran sueño de Leonardo.
Me atrevo a pedir a quien reciba esta carta que haga llegar un especial saludo de afecto y gratitud a Florencio, el piloto que me llevó a las nubes de Septiembre, que me dispensó en todo momento un excelente trato humano y que, generosamente, me regaló una pequeña parte de sus valiosos conocimientos volovelísticos.
Les envío unas fotos, un cordial saludo y mis mejores deseos para todos ustedes y para su club.
Florentino Caballero Santacruz
[{jpageviews 00 none} ] [+1133 > 25.01.2010]